En este concierto fueron unas 55 mil personas, viveron un alucinante viaje rockero por la Autopista del Infierno con la banda australiana AC/DC.
El escenario de River presentaba una puesta de sonido con torres de baffles gigantescas y con unos arcos de iluminación que se sucedían uno tras otro sobre el tablado.
Detrás de la batería de Paul Rudd había una gigantesca escenografía que simulaba el lateral de una locomotora y a los costados sendas pantallas de video.
Pero el eje de esta banda es la música y en especial lo que pueda hacer ese pequeño monstruito de 1 metro 50, que es Angus Young, que munido de su Gibson SG puede sacar los riffs más pegadizos del rock.
Otra pata en la que se apoya el monstruo AC/DC es sin dudas el cantante Brian Johnson que con su look de borracho simpático de cantina con esa gorra de lana y una camisa sin mangas.
Una tercera pata son el segunda guitarra Malcolm Young, el bajista Cliff Williams y el baterista Paul Rudd que sostienen la maquinaria mientras Angus recorre el escenario como un niño pasado de testosterona y anfetaminas.
A las 21 en punto, las luces se apagaron y en las pantallas se pudo ver un video animado de un tren avanzando a toda máquina hacia una ciudad conducido por Angus Young, al que dos curvilíneas chicas le impedían descarrillar.
Acompañó toda la noche a AC/DC y a todos sus fans y le dio marco a la interpretación de "Shot Down in Flames" del disco "Highway to Hell" que Angus coronó con su ya clásico paso de ganso.
La banda tenía preparado otra sorpresa: el descenso de una gigantesca campana que Brian Johnson hizo tañer para dar paso a "Hell Bells", un clásico de esta agrupación amada por igual por rocanroleros y heavies. La banda mantuvo a la gente caliente hasta hacerlos estallar con "You Shook Me All Night Long", el hitazo del disco "Back in Black" de 1980, que la gente cantó extasiada hasta arrancar un "gracias por cantar conmigo" de Johnson.
Esta noche, Young se apoderó de un micrófono para hacer los coros de "TNT", un clásico de 1975, mientras unas largas lenguas de fuego surgían de los costados de la batería de Rudd.
Young volvió a demostrar por qué es un guitarrista endiablado, por qué el stone Keith Richards lo admira, cuando arrancó con el riff de "Whole Lotta Rosie" del disco "Let There be Rock"
La despedida fue con "For Those About to Rock (We Salute You)", a cuyo final sonaron las salvas de unos cañones de utilería que emergieron de los costados del escenario, a los que se sumaron fuegos artificiales arrojados al cielo desde una zona cercana a River.
El escenario de River presentaba una puesta de sonido con torres de baffles gigantescas y con unos arcos de iluminación que se sucedían uno tras otro sobre el tablado.
Detrás de la batería de Paul Rudd había una gigantesca escenografía que simulaba el lateral de una locomotora y a los costados sendas pantallas de video.
Pero el eje de esta banda es la música y en especial lo que pueda hacer ese pequeño monstruito de 1 metro 50, que es Angus Young, que munido de su Gibson SG puede sacar los riffs más pegadizos del rock.
Otra pata en la que se apoya el monstruo AC/DC es sin dudas el cantante Brian Johnson que con su look de borracho simpático de cantina con esa gorra de lana y una camisa sin mangas.
Una tercera pata son el segunda guitarra Malcolm Young, el bajista Cliff Williams y el baterista Paul Rudd que sostienen la maquinaria mientras Angus recorre el escenario como un niño pasado de testosterona y anfetaminas.
A las 21 en punto, las luces se apagaron y en las pantallas se pudo ver un video animado de un tren avanzando a toda máquina hacia una ciudad conducido por Angus Young, al que dos curvilíneas chicas le impedían descarrillar.
Acompañó toda la noche a AC/DC y a todos sus fans y le dio marco a la interpretación de "Shot Down in Flames" del disco "Highway to Hell" que Angus coronó con su ya clásico paso de ganso.
La banda tenía preparado otra sorpresa: el descenso de una gigantesca campana que Brian Johnson hizo tañer para dar paso a "Hell Bells", un clásico de esta agrupación amada por igual por rocanroleros y heavies. La banda mantuvo a la gente caliente hasta hacerlos estallar con "You Shook Me All Night Long", el hitazo del disco "Back in Black" de 1980, que la gente cantó extasiada hasta arrancar un "gracias por cantar conmigo" de Johnson.
Esta noche, Young se apoderó de un micrófono para hacer los coros de "TNT", un clásico de 1975, mientras unas largas lenguas de fuego surgían de los costados de la batería de Rudd.
Young volvió a demostrar por qué es un guitarrista endiablado, por qué el stone Keith Richards lo admira, cuando arrancó con el riff de "Whole Lotta Rosie" del disco "Let There be Rock"
La despedida fue con "For Those About to Rock (We Salute You)", a cuyo final sonaron las salvas de unos cañones de utilería que emergieron de los costados del escenario, a los que se sumaron fuegos artificiales arrojados al cielo desde una zona cercana a River.